Video en youtube:: https://youtu.be/kW0OiO_GB_c
Mio
Un día normal de vacaciones de invierno, decidí salir con unos amigos
para ir de fiesta y celebrar otro año más juntos. Fue bastante divertido, tenía
tiempo en que no pasaba un rato agradable con ellos.
Era ya tarde, de hecho ya era de
madrugada; cuando decidí regresar a casa, tome el camino de siempre, no quedaba
tan lejos así que decidí volver caminando. Todo el camino fue bastante
tranquilo, la luz de la luna hacia un gran juego con el silencio, era algo para
disfrutarse.
Justo en la última esquina para poder llegar a casa, algo llamo mi
atención, no sabía que era exactamente… pero puedo decir que era una figura
humanoide de gran altura, no sobre humana, pero más alta que yo, sí; en el
momento pensé que era el vagabundo que siempre pasaba en las noches a pedir
comida ¿Pero qué haría a estas horas pidiendo comida? Ya todos deberían estar
dormidos.
Amablemente me acerque:
“¿Disculpe?
Si quiere alguna cobija o algún alimento puedo ayudarlo, mi casa está cerca.”
Seguí acercándome.
Hasta que estuve más cerca pude apreciar que era lo que tenía frente a
mí, claro, no era ningún vagabundo…al principio pensé que veía a aquella
criatura gracias a que había estado tomando y aquello me causaba alucinaciones,
haciéndome creer que aquello que veía era real.
Era de aspecto pálido, salían varios cuernos de su pálida piel,
encorvado como cualquier monstruo que puedas imaginar, piernas parecida a las
patas de los perros, manos largas y grandes que terminaban en punta,
delgado…casi en los huesos…quizá, lo que me hizo pensar en que era mi
imaginación fue el aspecto de su cara, cara pálida, con una melena negra
bastante larga y despeinada, unos orificios que suplantaban a los ojos y una
boca bastante grande que escondía unos dientes sucios y afilados.
Enseguida saque mi celular para tomar una foto, pero el fondo salía
demasiado oscuro, así que no se le lograba ver.
Este se acercó a mí, por lo cual me asuste y moví el celular, pensé que
se abalanzaría hacia mí, cuando este se detuvo, vi mi oportunidad de correr a
casa.
Entre de golpe a casa y fui a mi habitación para bañarme y después
dormir. Esa noche fue tranquila, un silencio total que hasta parecía extraño.
A la mañana siguiente conté lo sucedido. Claro, nadie me creyó nada, por
lo cual asumí que había sido claramente mi imaginación. El día paso normal,
como de costumbre. Hasta que la hora de tomar la siesta llego, me prepare para
dormir como siempre, entre a mi cuarto, cerré la puerta, me acosté en mi cama e
intente dormir. Entre el silencio de la noche, unos terribles golpeteos se
escucharon fuera de mi ventana. No, no eran golpeteos a la ventana, si no, eran
como pisadas, bastante pesadas. Decidí no darle importancia, pero se volvieron
cada vez más fuertes al pasar las noches.
Unas noches después, tuve que salir a comprar a la tienda, no era muy de
noche, fui y regrese… sentía algo detrás de mí; hubiera deseado no haber
volteado. Esa cosa, estaba caminando a paso bastante rápido en dirección hacia
mí, fue ahí cuando decidí correr lo más rápido que pude. Al llegar a la esquina
para mi casa, esa cosa logro rosarme con sus manos, pero no logro agarrarme,
entre a casa y dejando todo en el suelo me senté y recargue en la puerta, era
obvio que ya no era mi imaginación, era más que eso.
Pase la noche sin dormir sentado ahí deseando que no se escuchara nada,
que no tocara a mi puerta aquella cosa, deseando no recordar su horrible
aspecto y su horrorosa mano rosando mi espalda.
Las siguientes noches fueron peores, sin poder conciliar el sueño
rápidamente, tardando horas en dormir. Los golpeteos cesaron pero ahora había
algo distinto, detrás mío, podía escuchar como sus garras se deslizaban por mi
ventana, una y otra vez.
Ya estaba muy desesperado, ya no quería que aquello siguiera
sucediéndome. Afectaba mi trabajo, mi noviazgo, mi vida entera.
Desesperado acudí a aquellos brujos que hay en la ciudad, aun siendo
alguien que no cree en esas cosas.
El brujo teniendo ya la información que le brinde y sus teorías ya
formuladas, me dijo en conclusión:
“Algo
está amarrado a usted.”
Al principio no había entendido el significado de esto, hasta que dijo:
“Algo
tiene usted que hace que aquello permanezca a su lado.”
Me dio algunas cosas para evitarlo, las cuales al llegar a casa dudoso
de que sirvieran o no, las coloque en el mueble junto a mi cama.
Hubo varias noches en las que pude dormir tranquilo sin escuchar ningún
ruido extraño, de caminar a casa de noche tranquilamente, hasta que volví a
casa y aquellas cosas ya no estaban ahí.
Pensé que aquello no sucedía ya que el brujo me había metido la idea de
que dejaría de suceder por las cosas que me había dado, pero esto volvió a
empeorar, ya no eran pisadas, ni rasguños, si no, eran golpes en la ventana,
cada vez más fuertes, cada vez más desesperados.
Fueron dos noches después que me di cuenta. Mientras me cambiaba en el
baño frente al espejo, me di cuenta de algo anormal en mi espalda, algo que
nunca había estado ahí.
Una sola palabra marcada en mi espalda con grandes letras y justo en el
centro superior de mi espalda:
“Mío”